No pudo ir mejor mi participación en este campeonato desarrollado en la mítica piscina olímpica del Club Natación Sabadell y organizado por el histórico club Cavall de Mar
Un oro en dinámica sin aletas (DNF) y una plata en apnea estática (STA). Éste es el jugoso botín con el que regresé a casa el pasado 23 de febrero tras participar en un campeonato del nivel y prestigio del Open Cavall de Mar, que, por cierto, cumplía nada menos que su XX edición.
Mi objetivo personal se centraba en la STA. Más que por lograr una buena clasificación, por conseguir una marca de nivel que quedara registrada como mínima para presentar en mi candidatura a ser seleccionado por Bélgica para el Campeonato del Mundo Indoor de Belgrado. Por tanto, anuncié 6’06» con la intención de emerger sin problemas pasado el toque de los 6’30» y asegurar un protocolo de salida correcto. Así lo hice con una marca final de 6’34», logrando mi objetivo de cara al Mundial. Pero un mal día del gran Tewfik Blaoui y registros inferiores de competidores como Asier Llaguno me permitieron seguir en el podio con la plata al potentísimo Nicolai Gebhardt, quien demostró que ya en esta fase temprana de la temporada se encuentra muy en forma, proclamándose campeón con 7’10».
Con el objetivo principal de la mínima en STA cumplido, me enfrenté a la prueba de DNF realmente tranquilo. Aspiraba a una plaza en el podio, pero en mis cálculos contaba con que Tomás Valdés, campeón de España de esta modalidad en 2018, me superaría con facilidad. Anuncié 101 metros, lo que a la postre fue clave ya que esto me permitió competir tras Tomás conociendo ya su marca. El caso es que el catalán salió muy pronto del agua para lo que es su nivel habitual: a los 110 metros. Fue entonces cuando ví la posibilidad de hacerme con el oro ya que se trataba de una marca a mi alcance. Finalmente, decidí sacar la cabeza a los 123 metros, embolsándome el oro y el trofeo a la mejor DNF del campeonato. Por cierto, en una charla personal con Tomás, le pregunté por qué me había «dejado libre el camino a la victoria» y el campeón me comentó que andaba con una costilla rota. Por tanto, estaba lesionado, lo que me benefició evidentemente. Si yo hubiese estado con una costilla rota, no hubiese sido capaz siquiera de acudir al campeonato, pero Tomás es de otra pasta… casi un superhombre. ¡Chapeau por él!
También quiero mencionar mi alegría sincera por los resultados de mis compañeros Asier Llaguno, amigo y rival a la vez ya que su nivel no deja de crecer, como demuestran sus dos bronces en STA y DYN-bf respectivamente, además de resultar ganador absoluto por puntos del campeonato. También mi aplauso a Mario Mingo, otro buen amigo y compañero de entreno que superó los 100 metros por primera vez en competición oficial, lo que le llevó al tercer cajón del Open. Y que no falte la mención a otros tres compañeros de entreno que compitieron también: Marcos Ruiz, quien logró mejorar su marca con la monoaleta en más de 25 metros girando los 100; a Inma Aragón, que recolectó dos tarjetas blancas en su primera competi de alto nivel y a Luis Calvera, que iba camino de su máxima y un podio en STA, pero la hipoxia severa se cruzó en su camino.
Termino aplaudiendo a la organización del Open, a los jueces y safetys, sin los que no habría competiciones de apnea. Su trabajo mereció un 10.
Ahora, me queda saber si las marcas que he cosechado en lo que llevamos de temporada me conducen al Campeonato del Mundo que se celebrará en Serbia el próximo mes de junio. Mientras tanto, seguiré entrenando, pero también volcado en la organización del Campeonato de España Indoor 2020 que se celebrará en mi ciudad: Zaragoza.